viernes, 1 de abril de 2011

Nombres con demasiado éxito.

Hace poco llego a mis ojos un blog que, sin ofrecer una gran temática, me pareció bastante fuera de lo común. La dirección es http://loqueespanacompra.blogspot.com/ y bajo el nombre de “lo que España compra”, el sitio ofrece una recopilación de, precisamente, las listas de compra que los clientes de diferentes cadenas de supermercados tiran tras efectuar la compra.

Esta recopilación, que supongo que para cualquiera puede parecer idiota, a mí me ha llamado bastante la atención. Entre otras cosas, porque nos permite tener una visión bastante cercana de cómo la gente (cómo España, al fin y al cabo) nombra a las cosas.

Así, por ejemplo, podemos ver que para una gran mayoría de personas, los yogures hace tiempo que pasaron a llamarse “danones”; o por ejemplo, el pan de molde, únicamente ya es conocido como “pam bimbo”; los clinex (kleenex); el tippex; el fixo; papel albal...

Además, sirve también de escaparate en el que ver que de nada sirve revolverse los sesos con nombres complicadísimos y en inglés (que quedan ahora tan guay), porque luego el cliente lo nombrará (y escribirá en su lista de la compra) como le suene, o como él crea que tiene que ser (Un ejemplo de la página, “comprar feiri ultra”).

A mí, de momento y sin meterme a investigar materia, que suceda esto me parece bastante beneficioso para la compañía. El hecho de que tu marca pase a ser nombre de la categoría a la que pertenece, a designar a toda una serie de productos del mismo estilo, me parece el punto máximo en cuanto a éxito de un nombre.

Aunque viéndolo desde el extremo opuesto, que esto suceda, también es publicidad para las otras marcas, para la competencia, vaya. Tú lanzas una campaña con tus “danones”, y de forma indirecta estás haciéndole un favor también a los yogures PMI, Hacendado, etc. ¡Porque precisamente la gente también los llama así!

Quizás por esto se tienda más a la individualización y especialización del producto. Hay mil tipos de yogures Danone en el mercado. Ninguno se llama ya simplemente “Danone”. Se tiende a la diferenciación, aunque, en este caso concreto, el éxito que tienen los yogures es exagerado. Estoy pensando y es que hasta el yogur especializado “Bio”, el que contiene más fibra y el que fuera anunciado por José Coronado en su tiempo, se ha convertido en el nombre de una determinada clase de yogures.

¿Será que al final a Danone lo que le interesa es copar todo el mercado con nombres genéricos propios? También me viene a la cabeza ahora mismo el caso de las natillas, que desde hace unos años se llaman Danet. O los nuevos Danoninos, que antes eran conocidos como petit-suisse. Los Danio, Danao, etc.

Una cosa está clara, a Danone no parece que le moleste que esto suceda. Casi diría que intenta aprovechar el éxito de su nombre principal e implantarlo en todas las categorías de productos lácteos bajo algunas variaciones en las terminaciones.

Rubén Pedrajas Martínez

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