Según la correctísima wikipedia, el naming consiste en “las técnicas para la creación del nombre de la marca”, según nosotros naming es darle una identidad a una marca porque… ¿Qué pasaría si no le pusiesen nombre a los bebés nada más nacer?, ¿Cómo los íbamos a diferenciar uno de otro?, ¿Por el color de sus ojos?, ¿O tal vez el de su pelo?, ¿Y qué pasa si tienes dos gemelos iguales?...pues que tenemos un problema por duplicado..
Imagínate que de repente nos borran a todos los dos apellidos…llegas a casa y le dices a tu madre que has subido en el ascensor con Carlos…y te dice…¿Cuál?, ¿El del cuarto o el del séptimo? Este tipo de situaciones nos podrían llevar a la confusión y no podríamos nunca identificar a las personas correctamente de primeras. Tendríamos que estar todo el rato diciendo; el calvo, con gafas, mayor, simpático, que no sabe conjuntar y le cuelga la barriga. Pero no podemos estar haciendo eso cada vez que nos refiramos a cada persona porque sino, no acabamos en la vida. Es pues, que el nombre tiene la capacidad de fundir todos los atributos que cada uno de nosotros asociamos, por ejemplo, a cada persona. Incluso como cada uno pensamos diferente y tenemos diferentes opiniones de cada persona en particular según nos caiga…podría ser que los nombres también tengan incluso significados diferentes aunque suenen igual…quiero decir que Carlos será Carlos aunque a mi me venga a la cabeza que es un pesado y a su novia que es adorable…¿A ti qué te sugieren Zapatero y Rajoy?
Pues ahí es donde las empresas se han estrujado, y se siguen estrujando, los sesos para que a sus productos se les pueda diferenciar fácilmente del resto y que estos representen unas cualidades y/o atributos perdurables en el tiempo…y en medida de lo posible controlables. Hay empresas que trabajan la imagen corporativa visual y utilizan un logo o símbolo que les identifica. Mira el rayajo de Nike. Es una estrategia interesante porque cuando llevas sus prendas por la calle les estás haciendo una valiosísima publicidad visual que les sale gratis. Encima tu te sienten exclusivo de llevarlo bien puesto a la vista.
También hay otras empresas que no utilizan logo y que su valor lo da su propio nombre porque…¿Sabes dibujarme el logo de Zara?, ¿Y el de la tan famosa ACME? No puedes. Imposible. Ahí es donde radica la importancia del naming. Los logos se pueden cambiar, las fábricas se pueden relocalizar en países con mano de obra más barata e incluso Mr. Proper se puede cambiar por D. Limpio pero no puedes cambiar el nombre de tu marca porque sino te toca volver a trabajar el mercado. Se distorsionará la percepción del consumidor, tocará renegociar con distribuidores porque ya no eres tan poderoso y tus ventas van a bajar y por supuesto te tienes que gastar un pastón en publicidad para hacer la transición lo menos dolorosa posible. Además de hacer naming…porque tienes que buscarle un nombre fashion a tu marca como los de las nuevas consultoras en plan Azertia, Avantia, Tatum, etc. o si prefieres apostar por calidad local tendrá que sonar tradicional de tu tierra como Helados Alacant, Sidra el Gaitero; justo lo contrario con Vitorio & Luccino e incluso si vas a hacer una estrategia e incluso si vas a hacer una estrategia internacional te recomiendo que no le pongas Ñ al nombre, que te asegures de que no sea una palabra malsonante en el idioma de los mercados a los que vas a entrar y tampoco que ofenda a sus dioses o a su cultura porque…¿Sabes por qué los rusos se descojonan cada vez que Julio Iglesias va a cantar a Rusia?
Enhorabuena por vuestra iniciativa. No desistáis. No problem.
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