“El nombre no es algo que se pueda tomar a la ligera, y por ello las empresas deberían darle una mayor importancia. “
El nombre es la palabra que se transmite boca a boca o mediante la escritura y, a través de órganos como la vista o el oído, llega hasta la corteza cerebral de las personas, y en ese momento causa una serie de impresiones, pueden ser positivas o negativas.
La base para que el nombre transmita impresiones positivas se basa en ser especialmente cautelosos, y comprobar que nuestro nombre o su traducción, en otras lenguas, no coincida con ninguna palabra malsonante o de motivo de risa.
Partiendo de esa base tenemos que crear una serie de connotaciones para nuestro nombre, y darle las mismas connotaciones a la empresa, o al revés, que la empresa sea la que transmita las connotaciones al nombre. De esta forma la gente será capaz de identificar al nombre y la empresa con uno o varios conceptos.
Es importante destacar que hay profesionales que tienen un gran olfato para la creación de nombres, que son capaces de sintetizar las connotaciones adecuadas y elegir una o varias palabras que las engloben, o simplemente crean una palabra nueva y única. Pero no sólo los genios son capaces de crear nombres, hay muchos autónomos que ponen ellos mismos el nombre a su empresa y les va de maravilla. Yo diría que el proceso de naming es más bien un trabajo de investigación y documentación, con su posterior lluvia de ideas y por último la selección del mismo.
No penséis que por ser el nombre más brillante, más moderno, más corto, etcétera, va a transmitir connotaciones más favorables. En el mercado hay toda clase de nombres, largos (American Express), cortos (Wii) brillantes (Faunia), simples (Apple), modernos (Futuralia), clásicos (Mercedes), mitológicos (Nike), sencillos (Chupa Chups), etcétera. Pero creo que lo que realmente reflejan esos nombres son connotaciones claras de la empresa y los productos que venden y creo que esa es la clave.
A partir del momento en que las connotaciones que transmite el nombre están claras, la gente pronuncia el nombre de la empresa y con éste transmite una serie de valores de manera inconsciente.
“La mayor parte de los errores consiste simplemente en no llamar a las cosas por su nombre”.
Nereida Domenech.
Nereida Domenech.